"Psique reanimada por el beso del amor" (1793) de Antonio Canova
ESCULTURA NEOCLASICA: Es una obra mitológica del escultor Canova. Elige un momento concreto de la historia y lo idealiza. Fue una petición de un coleccionista británico llamado John Campbell. La obra nunca se entregó ya que formó parte del botín que Napoleón I realizó en la ciudad de Roma en aquel período. Es una escultura finísima, muy detallada, que tiene en cuenta la iluminación, la colocación física en el espacio con una gran complejidad por su precario equilibrio. Transmite naturalidad en sus movimientos y Cupido se apoya con la punta de los dedos de los pies en un prodigio de compensación inusual.
Mito de Eros (Cupido) y Psique:
Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Afrodita, celosa de su belleza, envió a su hijo Eros (Cupido) para que le lanzara una flecha que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al mar; cuando Psique se durmió, se la llevó volando hasta su palacio.
Para evitar la ira de su madre, una vez que tiene a Psique en su palacio, Eros se presenta siempre de noche, en la oscuridad, y prohíbe a Psique cualquier indagación sobre su identidad. Cada noche, en la oscuridad, se amaban. Una noche, Psique le contó a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas. Eros aceptó, pero también le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, que le preguntaron, envidiosas, quién era su maravilloso marido. Psique, incapaz de explicarles cómo era su marido, puesto que no le había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero acabó confesando la verdad: que realmente no sabía quién era. Así, las hermanas de Psique la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia. Psique les hace caso y enciende una lámpara para ver a su marido. Una gota de aceite hirviendo (de la que Apuleyo hace un tópico medieval: stilla olei ardentis) cae sobre la cara de Eros dormido, que despierta y abandona, decepcionado, a su amante.
Cuando Psique se da cuenta de lo que ha hecho, ruega a
Afrodita que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, le ordena
realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal, antes de recuperar a su
amante divino. Como cuarto trabajo, Afrodita afirmó que el estrés de cuidar a
su hijo, deprimido y enfermo como resultado de la infidelidad de Psique, había
provocado que perdiese parte de su belleza. Psique tenía que ir al Hades y
pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza que Psique
guardaría en una caja negra que Afrodita le dio, ya que la hermosura del
inframundo es mortal al tacto humano. Psique subíó a una torre, decidiendo que
el camino más corto al inframundo sería la muerte pero una misteriosa voz la
detuvo en el último momento y le indicó una ruta secreta que le permitiría
entrar y regresar aún estando vida, además de aconsejarle cómo engañar al perro
Cerbero, contentar a Caronte y sortear los otros peligros de dicha ruta.
SIguiendo las indicaciones Psique apaciguó a Cerbero con un pastel de cebada y
pagó a Caronte un óbolo para que le llevase al Hades. En el camino, vio manos
que salían del agua. Una voz le dijo que les tirase un pastel de cebada, pero
ella rehusó. Una vez allí, Perséfone conmovida por su hazaña, dijo que estaría
encantada de hacerle el favor a Afrodita. Una vez más pagó a Caronte y le dio
el otro pastel a Cerbero para volver.
Psique abandonó el inframundo y decidió abrir la caja y
tomar un poco de la belleza para sí misma, pensando que si hacía esto, Eros le
amaría con toda seguridad. Para su sorpresa del interior brotó un «sueño
estigio», o sea un vapor narcótico que sume en la amnesia a los muertos cuando
llegan al Hades. Eros, que la había perdonado y seguido en secreto por su
aventura, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces
a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con Psique. Éstos accedieron y Zeus
hizo inmortal a Psique. Afrodita, olvidando sus rencores bailó en la boda de
Eros y Psique, y fruto de su unión tuvieron una hija llamada Hedoné (para los
griegos) o Voluptas (para la mitología romana), la personificación del placer
sensual y el deleite.
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